El golpe de calor es una emergencia médica que puede desarrollarse rápidamente cuando el cuerpo ya no puede regular su temperatura interna. En días calurosos, especialmente durante las olas de calor, la prevención es crucial: mantenerse bien hidratado, evitar la exposición prolongada al sol y reconocer los primeros signos marcan la diferencia.
¿Qué es el golpe de calor y cómo reconocerlo?
Cuando la temperatura corporal supera los 40 °C y fallan los mecanismos naturales de enfriamiento, se produce un golpe de calor. Los síntomas incluyen piel caliente y seca, dolor de cabeza intenso, confusión, náuseas y pulso acelerado. Es crucial actuar de inmediato, trasladando a la persona a una zona fresca mientras se intenta bajar la temperatura con agua fría o compresas húmedas .
Estrategias prácticas de prevención e hidratación.
Anticipar el calor es la mejor manera de evitar problemas. Bebe agua durante todo el día, incluso si no tienes sed, y complementa tu ingesta con bebidas deportivas para reponer minerales. Usa ropa ligera y de colores claros, aplícate protector solar con FPS alto y planifica tus actividades físicas para las horas de menor radiación, como temprano por la mañana o al final de la tarde.
• Configura una “alarma de hidratación”: configura recordatorios en tu teléfono para beber entre 150 y 200 ml de agua cada hora.
• Lleve siempre una botella de agua reutilizable y rellénela con frecuencia; el agua fresca fomenta el consumo.
• Refuerza tu dieta con frutas ricas en agua (sandía, melón, melocotón) y sopas frías como el gazpacho.
• Busque lugares sombreados o con aire acondicionado durante las horas pico de calor (11 a. m. a 5 p. m.).
• Mantenga a los bebés, los ancianos y las mascotas bajo supervisión constante: estos son los grupos de mayor riesgo.
Conclusión
Prevenir el golpe de calor es sencillo: hidratarse, protegerse y vigilarse. Adoptando estos hábitos, podrá disfrutar del verano de forma segura y cómoda, reduciendo el riesgo de complicaciones graves.