¡Han llegado el frío y la lluvia, y con ellos, la gripe y los resfriados! A menudo se confunden, pero hay diferencias importantes que debemos conocer para entender qué medidas debemos tomar.
Ambas tienen un origen viral, pero no están causadas por el mismo virus, y por ello provocan síntomas diferentes.
Gripe
La gripe es una enfermedad infecciosa aguda que afecta las vías respiratorias. Se transmite al toser y estornudar, y por contacto cercano con personas infectadas o superficies y objetos contaminados.
Los síntomas aparecen de forma repentina y son intensos, durando sólo 3 a 4 días, con recuperación completa en aproximadamente 1 a 2 semanas.
Síntomas principales:

• Malestar general
• Fiebre alta • Dolores musculares
• Tos seca
• Dolores de cabeza
Se recomienda reposo, beber abundantes líquidos, como agua y té, y tomarse la temperatura con frecuencia. Si necesita medicación para aliviar los síntomas, consulte a su médico o farmacéutico.
Constipación
El resfriado común es una infección viral que afecta las vías respiratorias superiores: nariz, garganta y oídos. Se transmite al toser y estornudar, por contacto cercano con una persona infectada o por contacto con superficies u objetos contaminados.
Los síntomas aparecen gradualmente, son leves y se asocian principalmente a la nariz y la garganta. Duran entre 7 y 10 días, y algunos pueden extenderse hasta 1 o 2 semanas.
Síntomas principales:
- Estornudos
- Nariz que moquea y/o congestión nasal
- Dolor de garganta
- Tos
- Pueden presentarse dolores de cabeza y fiebre baja, pero son poco comunes.
El estreñimiento generalmente se resuelve espontáneamente; sin embargo, se pueden tomar algunas medidas para aliviar los síntomas: reposo, ingesta de líquidos e irrigación nasal con solución salina o agua de mar para aliviar la congestión nasal. Si necesita medicación para aliviar los síntomas, consulte a su médico o farmacéutico.

¿Cómo prevenirlo?
El sistema inmunitario es fundamental para prevenir infecciones como resfriados y gripes. Además de una dieta completa y variada, ejercicio regular y un sueño reparador, podemos fortalecer y potenciar las defensas de nuestro organismo mediante la suplementación.
La alimentación es siempre la principal vía para obtener las vitaminas y minerales esenciales para el bienestar general, pero cuando no es suficiente, un suplemento dietético puede ser el aliado perfecto.
Para fortalecer el sistema inmunológico, debemos optar por suplementos con vitaminas C, D, E y B6, minerales como el zinc y el selenio y extractos de plantas como la equinácea y el saúco.
Su farmacia le ofrece algunas sugerencias:
