La llegada de polen, ácaros del polvo y otros alérgenos puede provocar síntomas molestos de rinitis e irritación ocular . Aprender a crear barreras ambientales y adoptar hábitos saludables es esencial para minimizar la picazón, los estornudos y el enrojecimiento ocular . Veamos cómo protegerse de forma sencilla y eficaz.
Ambiente controlado en casa
Mantener limpio el aire interior reduce la exposición al polvo y al polen. Use purificadores de aire con filtros HEPA, aspire las superficies y cambie la ropa de cama semanalmente cuando esté caliente. Evite las alfombras y las cortinas pesadas, ya que acumulan ácaros del polvo.
Higiene nasal y ocular diaria
Lavar las fosas nasales con solución salina (spray o enjuague nasal) elimina las partículas irritantes antes de que provoquen una reacción. Para los ojos, use gotas lubricantes sin conservantes para eliminar suavemente el polen y el polvo, hidratando y aliviando la irritación.
Lista de medidas esenciales:
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Filtración de aire: Instale filtros HEPA en los aires acondicionados o purificadores portátiles para eliminar el polen y los ácaros del polvo.
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Rutinas de limpieza: aspirar muebles tapizados y alfombras dos veces por semana y lavar cortinas ligeras mensualmente.
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Lavados nasales diarios: utilizar spray nasal isotónico por la mañana y por la noche; aplicar gotas lubricantes para los ojos 2-3 veces al día según sea necesario.
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Ropa y calzado: Cámbiate de ropa al regresar del exterior, dúchate para eliminar el polen de la piel y el cabello.
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Vigilancia ambiental: consultar los índices de polen locales y limitar las actividades al aire libre en los días pico (mañanas y tardes).